Cuando te pida un beso y corras a dármelo
hasta saciar el desierto de mis labios
Cuando sufras mi dolor al parir
y tus lágrimas oxigenen mi cuerpo
desearé entonces que espíes mis sueños
y ahuyentes mis miedos.
Cuando explores mi inquietud
hasta descubrir mi dolor
y hacer de tus brazos mi terapia
anhelaré que nuestros pies sean danza eterna
y que tus dedos bailen juntos a los míos
Y el día en que tu mente lea mi apetencia
encenderás el fuego que alimenta mi calma
y aprenderemos a masticar lento
mirándonos firme a los ojos.
Y si en algún momento tu voz me nombra
te mostraré lo que hay después del cielo
y te pediré que confíes en mi historia
para revelarte mis secretos.
Así,
como lluvia bendita que riega mi jardín,
una mañana despertarás
y querrás luchar por mis pasiones.
Y desde ese día,
desde ese mismo día,
prometo llamarte Magia